Interview with Mariana Ferreira, Directora ejecutiva de Uruguay XXI

Interview with Mariana Ferreira, Directora ejecutiva de Uruguay XXI

 

Uruguay suele ocupar un lugar destacado en América Latina en cuanto a estabilidad y gobernanza. Y ahora mismo, más que nunca, ¿cuáles son los principales factores que hacen a Uruguay tan competitivo para los inversores internacionales?

Nosotros somos reconocidos por ser un país pequeño y abierto, y nuestro principal atributo por el cual nos reconocen las empresas extranjeras que están aquí es la estabilidad, lo cual  es un concepto amplio, pero estamos hablando de estabilidad política, económica y social. Empiezo por la última: estabilidad social. Somos un país de 3,4 millones de habitantes, casi todos descendientes de inmigrantes, y no tenemos diferencias raciales o étnicas significativas. Somos una sociedad donde persiste una clase media muy alta, entonces la estabilidad social es algo muy clave.

En cuanto a la estabilidad política, los gobiernos pueden cambiar y han cambiado los partidos políticos a lo largo del tiempo; hemos tenido todos los partidos políticos gobernando, pero no cambian las condiciones ni las reglas del juego. Los compromisos asumidos por un gobierno anterior se respetan, lo que genera estabilidad política. Hay mucho diálogo entre los actores políticos; por supuesto, existen diferencias, pero son matices. Es una estabilidad política que nos gusta: Uruguay es un país “aburrido” de tan estable, y eso nos da certeza y garantías.

Por supuesto, también está la estabilidad económica. El hecho de ser una economía pequeña, con inflación controlada, constituye un aspecto fundamental. Existen condiciones claras para hacer negocios, es fácil operar, y las reglas del juego para los inversores no cambian; los incentivos persisten en el tiempo o se ajustan de manera consensuada entre los distintos gobiernos.

Ese es un primer aspecto que valoramos. Tenemos una presentación de país que usamos cuando presentamos Uruguay, mostrando el lugar que ocupamos en los rankings internacionales: primero en libertad civil, democracia y niveles bajos de corrupción. Por ahí siempre competimos con Chile. Si vemos esos rankings con países de Europa, estamos entre los primeros diez lugares. Comparamos a Uruguay con países europeos en niveles de democracia, seguridad y baja corrupción.

No es sólo lo que decimos, sino lo que se percibe desde afuera. Eso es lo primero que valoran las empresas, y lo sabemos porque cada dos años hacemos encuestas con las empresas extranjeras instaladas en Uruguay. Uruguay XXI es la única agencia que se encarga de la promoción de inversión extranjera; a las empresas extranjeras las monitoreamos solo nosotros, no hay otra agencia del Estado que lo haga específicamente. Cada dos o tres años les preguntamos por qué eligieron Uruguay, y la principal razón es la estabilidad política, social y económica. No son los incentivos, ni el tamaño del mercado, sino las condiciones que mencioné: ese es nuestro principal activo.

 

¿Cómo se posiciona entonces Uruguay como un centro regional para las empresas que buscan acceder a América Latina, especialmente en logística, servicios y tecnología?

Usamos, o intentamos hacer, promoción del país aprovechando su ubicación estratégica, siendo un país pequeño entre dos gigantes como Argentina y Brasil. Muchas veces, según el sector, nos posicionamos porque ofrecemos un hub para empresas que se instalen en Uruguay y abastezcan a la región: Argentina, Brasil y Paraguay. Eso nos da acceso a un mercado de más de 300 millones de personas. Tenemos un punto estratégico desde Uruguay para abastecer estas regiones. Muchas veces tenemos similitudes con Panamá, por sus características, aunque con diferencias: ambos son pequeños y están en puntos de distribución importantes. En ese sentido, Uruguay se posiciona como un hub de servicios y logística para bienes. Esto forma parte de nuestra propuesta de valor, aprovechando la ubicación estratégica en el sur y la cercanía para transportar productos por diversas vías —camión, agua o aérea— según el sector y el proyecto.

 

¿Qué sectores de la economía son actualmente más atractivos para los inversores extranjeros y dónde prevé las mayores oportunidades en los próximos cinco años?

Nosotros trabajamos con una estrategia sectorial y tenemos un enfoque proactivo para buscar inversiones en determinados sectores. Identificamos eventos, hacemos campañas digitales y vamos a eventos para atraer inversores.

Uno de los sectores es el de servicios corporativos, todo lo relacionado con procesos y servicios de MPO y empresas que se instalen en Uruguay, también como centros regionales de servicio, brindando servicios tercerizados a las empresas matrices. Ese es un sector muy importante.

Otro sector es la tecnología de la información: tenemos un sector muy bueno, muy maduro y muy internacionalizado.

El tercer sector tiene que ver con los agronegocios, no tanto forestal o celulosa —esas son inversiones de gran envergadura—, sino la transformación mecánica en aserraderos y todo el sector agroindustrial. También incluimos farma y ciencias de la vida, un área con buen potencial y ecosistema.

Por último, todo lo relacionado con la transición energética: trabajamos en la promoción, junto con el Ministerio de Industria, para el cambio de matriz energética hacia algo más sostenible y verde.

Esos son los cuatro sectores donde tenemos una estrategia proactiva. Luego, consultamos y acompañamos otros sectores, desde la industria hasta el retail. De aquí a los próximos cinco años, vemos especialmente oportunidades en servicios, donde no hay límite; seguiremos promoviendo servicios, la transición energética y también otros sectores vinculados a innovación, no sólo los tradicionales, aprovechando el potencial que tiene Uruguay. Eso es fundamental.

 

¿Cómo describiría los principales incentivos de inversión y marcos legales que ofrece el gobierno a las empresas extranjeras, y cómo se comparan con otros países de la región?

En Uruguay no hay distinción entre un inversor nacional y uno extranjero: los incentivos son iguales para todos. Dicho esto, tenemos uno de los incentivos más importantes: la ley de inversiones, a través de la cual el Ministerio de Economía evalúa proyectos de inversión para otorgar exoneraciones fiscales.

Otra normativa relevante es la ley de zonas francas, que regula un régimen diferente. Actualmente, hay 12 zonas francas en Uruguay y tres proyectos más en desarrollo. Este tema es bastante distintivo respecto a otras zonas de la región, porque las zonas francas uruguayas pueden ser de bienes, servicios o mixtas. Hay zonas francas dedicadas a farma, servicios, almacenamiento, plantas de celulosa, y también proyectos importantes, como en Punta del Este o en Colonia, que incluyen servicios audiovisuales.

En Uruguay, las zonas francas se utilizan ampliamente y son un ejemplo de inversión: parques industriales, puerto, aeropuerto libre. Tenemos muchos incentivos allí, y también incentivos específicos para sectores puntuales, como software.

 

¿Qué importancia tiene el mercado estadounidense para las exportaciones y servicios de Uruguay, y cómo buscan ampliar esa relación?

Estados Unidos es el principal destino de las exportaciones de TI de Uruguay: más de 1.200 millones de dólares se exportan todos los años a ese país. Además, muchas empresas estadounidenses compran empresas de TI uruguayas, aprovechando el talento local.

En bienes, Estados Unidos ocupa el cuarto o quinto lugar como socio comercial, con exportaciones específicas de aproximadamente 1.100 millones de dólares, incluyendo carne y madera. También es un importante inversor: tenemos identificadas más de 250 empresas estadounidenses operando en Uruguay en distintos sectores, y buscamos atraer aún más inversiones americanas.

Recientemente, el Ministerio de Economía realizó una encuesta entre empresas estadounidenses para evaluar el clima de inversiones en Uruguay, y están por presentar los resultados, que esperamos sean positivos. Por estas razones, Estados Unidos es un socio estratégico muy importante y con gran potencial para la inversión en Uruguay. Según nuestros datos, Estados Unidos ocupa la quinta posición como inversor, lo que confirma su relevancia y las oportunidades que ofrece.

 

¿Cómo influyen los acuerdos que se han firmado recientemente, como por ejemplo los del Mercosur, y qué atractivos tienen para los inversores estadounidenses?

Uruguay es un país chico y tenemos que aprovechar las ventajas de serlo. Nosotros, como agencia, ejecutamos lo que negocian los ministerios. Por ejemplo, China es el principal destino de las exportaciones de bienes, Estados Unidos es el principal destino de las exportaciones de servicios, y la Unión Europea es el principal origen de inversión en Uruguay.

Por eso tenemos que interactuar con todos estos actores e intentar diversificar aún más los destinos de las exportaciones de bienes y servicios, y captar inversiones de otros orígenes. Nuestra estrategia es ser amplios en este enfoque. Todos los acuerdos que nos ayuden a acceder a mercados internacionales son útiles, como el reciente acuerdo Mercosur-Europa, que abre oportunidades con una región específica con mucho potencial en comercio.

Estamos esperando que en diciembre se pueda formalizar este acuerdo. También va a abrir muchas oportunidades adicionales y estamos evaluando cómo cambian las dinámicas mundiales, explorando otros mercados en Asia y el Pacífico, y buscando que nuestros productos estén en mejores condiciones para el resto del mundo. No podemos cerrarnos ni depender de una sola región. Tenemos un patrón muy diversificado: exportamos productos más industrializados a la región y commodities a otras regiones.

 

Desde la perspectiva de Uruguay XXI, ¿cuáles son las prioridades del país a mediano y largo plazo en materia de inversiones económicas y sostenibles?

Conseguir inversiones es el foco principal; necesitamos más inversión. Aquí hablamos tanto de la inversión total como de la inversión extranjera, que es otra parte muy importante, por lo que ese será nuestro foco más relevante.

Uruguay es un país que ya incorpora la sostenibilidad como parte de su lógica, es casi nuestro trademark. En las exportaciones de bienes, tenemos sostenibilidad en productos como vinos y lácteos. Somos un país chico y, si uno mira hacia atrás, exportamos productos que se pagan a precios altos, lo que refleja nuestra historia en la producción de carne. Esto también habla de la sostenibilidad y del crecimiento de las empresas que están detrás de estos productos, y seguimos aprovechándolo como un gran activo.

Somos un país sostenible y la política de sostenibilidad es parte del Estado, sobre todo en el área energética. Claro que existen matices y diferencias entre partidos políticos, pero la política de financiamiento, por ejemplo, incluye instrumentos como el bono soberano sostenible, que fue emitido por el gobierno anterior y mantenido por el siguiente. La sostenibilidad es, entonces, algo transversal en Uruguay.

 

¿Cuál sería el mensaje que daría a los lectores, que son potenciales inversores?

Que vengan a Uruguay, que lo prueben y lo conozcan. Es un país pequeño, accesible, con muy buena calidad de vida. No tenemos un mercado enorme, pero eso es una virtud. Estamos bien ubicados y los invitamos a venir y comprobarlo por sí mismos.