
14 Oct Interview with Gonzalo Hambruña, Senior Vice President, UPM Uruguay
En 2024, la pulpa superó a la carne vacuna como principal producto de exportación de Uruguay. ¿Cómo ve el papel de UPM en la transformación del perfil exportador del país?
Vamos a ir un poco más atrás en el tiempo para entender cómo UPM llegó y cómo el sector de la celulosa llegó a ser el principal exportador del país. Tenemos que remontarnos a 1987, cuando el país comenzó con los fundamentos para lo que sería esta historia exitosa del desarrollo exportador de celulosa. El poder legislativo y ejecutivo del país sentó un fundamento importante: la Ley Forestal. En ese momento se promovió el sector forestal como una eventual fuente de crecimiento, y de alguna manera se establecieron cuáles serían las piedras angulares para ese desarrollo.
Es importante resaltar que eso fue una decisión proactiva del país; no fue un inversor privado que vino y dijo “se necesita esto”. En ese momento no se sabía aún cuál sería el producto final: si iba a ser madera sólida, celulosa o pino. Se eligió el eucalipto, y a partir de ahí se tomaron decisiones muy relevantes que generaron todo este proceso.
A principios de los años noventa se estableció la Ley de Puerto Libre, y también la Ley de Zona Franca. Se generaron acuerdos con Finlandia, por ejemplo, y cada uno de esos gobiernos fue tomando decisiones pequeñas, acumulativas y positivas, que generaron las condiciones para que, ya mucho más visiblemente a partir de los 90, se aumentaran las hectáreas forestadas. Luego, a partir del 2000, comenzó el desarrollo industrial, que llevó a la confirmación de la primera planta en 2005-2007, y posteriormente a una reinversión por parte de UPM que triplicó su capacidad de producción en Uruguay.
Hay que mirar tres décadas, en realidad, que parecen mucho, pero a la vez es poco. Hay pocos casos en el mundo en donde un país haya podido generar, casi desde cero, su principal sector económico. Es una buena historia y habla de Uruguay, de su decisión estratégica, y también de empresas como la nuestra, que van generando decisiones acumulativas a lo largo de los años.
¿Cuál es nuestro principal rol como exportador? Obviamente, esta es una historia positiva que genera confianza y refuerza la idea de seguir por este camino. Uruguay toma decisiones innovadoras, arriesgadas, que en un principio no parecen claras, pero luego los resultados acompañan y confirman el acierto. Hoy en día, Uruguay es el tercer productor de celulosa de fibra corta del mercado mundial. Es un país muy pequeño, de tres millones de habitantes, ubicado entre dos grandes vecinos, pero que en cualquier ranking sueña con estar en el top cinco del mundo. En este caso, los negocios uruguayos también lo han logrado.
A nivel de competitividad, ¿qué factores hacen que Uruguay sea atractivo y competitivo como centro de producción global de pulpa, en comparación con regiones como Brasil y Chile?
Aquí puedo hablar de los atributos de Uruguay, especialmente en relación con una industria intensiva en capitales y con demanda de mano de obra especializada. Cuando hablamos de nuestra industria, la clave para posicionarse positivamente son las reglas claras y bien definidas, la estabilidad y un entorno competitivo que entienda que el “estatus quo” no es la forma de posicionarse. El mundo es cada vez un lugar más competitivo y más demandante.
¿Qué significa esto en la práctica? Es el clima de negocios. Es poder tomar decisiones con todos los gobiernos, más allá de que hayan tenido distintos signos políticos. Desde la vuelta de la democracia hasta ahora, todos los gobiernos tomaron decisiones importantes y relevantes para hacer posible este desarrollo. A eso se suma un bajo nivel de corrupción, una población bien educada y que está aumentando su capacidad técnica. Son elementos concretos que hacen a esa condición de competitividad. Lo que tenemos que evitar es la complacencia, esa idea de pensar que ya “llegamos” a algún lado. El entorno competitivo se acelera constantemente y, más allá de que hemos logrado un avance significativo, tenemos que trabajar todos los días para mantener esa competitividad.
Quisiera mencionar cuatro cosas. La primera: la primera planta de UPM Uruguay demostró que se podía construir una planta desde el estado del arte de la tecnología, la producción y lo ambiental, lo cual era una pregunta estratégica al principio.
La segunda planta generó una plataforma competitiva mucho más amplia, y mostró que Uruguay puede dar pasos adicionales para seguir avanzando en competitividad.
Aquí los ejemplos son muy claros. La terminal portuaria, por ejemplo, es una terminal en la que invertimos 280 millones de dólares y que nos permite independizarnos logísticamente del resto de los países de la región. Antes de contar con esta terminal, nuestros buques tenían que compartir carga con empresas brasileñas; hoy en día pueden cargarse completamente aquí y salir al mercado directamente, generando eficiencia, previsibilidad y una mejor gestión. Esta terminal se inauguró en 2022, en el marco de la inauguración de la segunda inversión.
Otro ejemplo es la carga ferroviaria. Uruguay tenía un sistema ferroviario que prácticamente se había detenido, y para poder construir esta planta el gobierno invirtió una vía férrea que conecta la planta con el puerto. No es de uso exclusivo de UPM, pero UPM aporta la mitad de la carga, lo que permite que el sistema sea competitivamente muy sólido. Hoy en día, por ejemplo, en 2025, la carga transportada por ferrocarril en Uruguay es equivalente a los niveles de 1945, lo cual muestra que el sistema se ha reactivado y pagado por sí mismo. Actualmente vuelve a estar activo, generando un marco competitivo también para otras cadenas productivas. Este es un ejemplo concreto de cómo empresas y Uruguay han expandido sus límites, buscando nuevos conceptos y soluciones para mantener o aumentar la competitividad.
Y esto, además, ha producido empleo, capacitación y desarrollo en las ciudades locales, me imagino.
Es bueno conectar lo que hablamos con esto. Nosotros somos una industria que crea un producto global, donde el precio es el precio del commodity. Nuestra forma de producir se basa en asegurar condiciones competitivas de manera constante, buscando siempre producir al máximo nivel y de forma estable. Porque es ahí cuando logramos las mejores condiciones de productividad, costos, seguridad, ambientales y de calidad. Pero además, cuando estamos en ese nivel de mercado competitivo, podemos transmitir esa certeza a cada una de las personas que trabajan con nosotros.
Nosotros no somos una empresa que está mirando los precios año a año para decidir qué hacer el próximo. Nuestro proceso productivo es de largo plazo, de al menos 10 años, por lo cual tenemos que asegurarnos de que en 10 años seguiremos bien si somos competitivos a largo plazo. Eso nos permite transmitir esa estabilidad y previsibilidad a nuestros contratistas, para que también puedan tomar decisiones de largo plazo: invertir en sus materiales, en capacitación y en el arraigo en las comunidades donde operan.
Esto genera, de manera previsible y sostenida, desarrollo en pequeñas comunidades donde pocos inversores llegan. Tenemos presencia en más de 50 comunidades del interior, distribuidas en 11 departamentos tradicionales, muchos de ellos con localidades de menos de mil habitantes, apenas unas cuadras al costado del camino. Y es ahí donde está el verdadero tesoro de esta industria: en el interior del país, donde generamos continuidad y desarrollo a partir de nuestra competitividad y de la capacidad de operar de manera estable en cualquier entorno.
Y en cuanto a energía e innovación: las plantas de UPM generan excedentes de energía renovable para la red eléctrica. ¿Qué papel desempeñan la cogeneración de energía y la innovación tecnológica en las operaciones de UPM en Uruguay?
Los excedentes provienen de la producción de celulosa, que utiliza biomasa como fuente energética. El árbol, básicamente, está compuesto por tres elementos: celulosa, que es lo que usamos para producir las fibras; lignina, que es lo que une la celulosa y genera el poder calorífico necesario para producir energía; y agua.
La lignina es la que nos permite generar la energía que consumimos en nuestras plantas, y también la que volcamos a la red nacional. En total, producimos unos 180 megawatts, lo que equivale aproximadamente al 10% del consumo de Uruguay. Es una energía firme, es decir, no depende del viento ni del sol, por lo que complementa muy bien las otras fuentes renovables del país.
Creemos que la entrada de nuestra primera planta al sistema fue el primer gran movimiento de generación privada en el sector eléctrico uruguayo, impulsando todo el desarrollo energético de los últimos 20 años.
Hoy, si uno observa el panorama general, Uruguay está posicionado como un productor de energía 100% renovable, con una matriz basada en energía hidráulica, eólica, solar y biomasa, donde la biomasa cumple un rol clave dentro de ese mix. Y, por supuesto, la innovación atraviesa toda nuestra cadena de valor.
Si pensamos en ejemplos concretos, puedo mencionar la innovación en el desarrollo de nuestras plantaciones, directamente vinculada con la competitividad. Hemos logrado desarrollar eucaliptos que generan cada vez más toneladas de celulosa por hectárea por año, y eso es resultado del trabajo de nuestro Centro de Competencia e Innovación de UPM y de los laboratorios de desarrollo que tenemos en Uruguay, donde se investiga e innova para todo el mundo desde aquí.
¿Cómo responden a las inquietudes sociales planteadas por la sociedad civil?
Nosotros somos un actor de largo plazo. Hace más de 30 años que estamos presentes en las comunidades, y nuestra empresa tiene rostros visibles en cada una de ellas, personas que fomentan el diálogo, el intercambio y la comunicación diaria con los vecinos.
Cuando hay desarrollo e inversiones, es natural que surjan dudas y preguntas, y nuestros procesos de diálogo y participación se alinean también con los que tiene el país en materia de autorizaciones ambientales. En esos casos existen procesos formales de consulta, y los intercambios que hemos tenido siempre se han dado en ese marco.
Tenemos además una política de puertas abiertas. En los últimos años, más de 9.000 personas visitaron nuestras operaciones forestales e industriales para conocer de primera mano cómo trabajamos. Creemos que lo mejor que puede hablar de nosotros es lo que se ve: cómo operamos y cómo gestionamos.
Otra forma objetiva de medir esa relación con la sociedad es el nivel de apoyo público que recibimos. Contamos con encuestas realizadas por consultoras independientes para medir la percepción hacia nuestras operaciones en Uruguay, y ese apoyo se mantiene en torno al 85%, una cifra que muy pocos sectores logran alcanzar, especialmente en un mundo donde la opinión pública suele dividirse 50/50. Ese más del 80% de apoyo refleja las acciones sistemáticas y acumuladas a lo largo de los años, que muestran cómo operamos, cómo pensamos y cuál es la cultura empresarial de UPM.
¿Qué mensaje final le daría a nuestros lectores o a los inversores?
En un mundo turbulento y en permanente cambio, Uruguay se ha consolidado como un socio estratégico que ofrece reglas claras, estabilidad más allá de los cambios de administración y una comprensión profunda de la importancia de mantener un foco constante en la competitividad y las ventajas comparativas.
Eso es precisamente lo que un inversor necesita para poder tener una visión estratégica y de largo plazo. No podemos caer en la complacencia de pensar que ya hemos llegado a un estadio final; debemos ofrecer dinamismo y evolución día a día.
Lo que podemos aportar son los hechos y las cifras. La primera inversión se realizó sobre la base de una idea, un proyecto. Luego vino una segunda inversión, que duplicó a la primera, y que se llevó adelante únicamente sobre la base de los resultados obtenidos, de lo que demostramos con la primera etapa: que la inversión cumplió con las expectativas y devolvió los resultados esperados. Por eso decimos que la reinversión es una señal clara de confianza. Todo lo que originalmente buscábamos en Uruguay se cumplió, y por eso redoblamos la apuesta.
En términos de relevancia, esta ha sido la mayor inversión en la historia de UPM y también la mayor inversión privada de una compañía finlandesa en el exterior. Esas cifras son realmente significativas y hablan por sí solas.